La capilaroscopia es una técnica útil en reumatología para evaluar de forma no invasiva enfermedades como el fenómeno de Raynaud, la esclerodermia y el lupus eritematoso sistémico. La técnica puede ayudar no sólo con el diagnóstico, sino también a realizar el seguimiento de la enfermedad de un paciente. A menudo, los primeros signos de estas enfermedades se pueden ver en los capilares del lecho ungueal. Es una herramienta tan útil que el American College of Rheumatology (ACR) y la European League Against Rheumatology (EULAR) incluyen la capilaroscopia periungueal en sus criterios de clasificación para la esclerosis sistémica (SSc).
Antes de profundizar en los detalles de cómo realizar una capilaroscopia, conviene saber que la idea ha existido durante cientos de años. En realidad, tiene unos 400 años, aunque los visores y los aumentos, por supuesto, han mejorado desde entonces. En 1663, JC Kolhaus visualizó los vasos sanguíneos del lecho ungueal con un microscopio. En siglos posteriores, Giovanni Rasori describió los bucles capilares del lecho ungueal que vio cuando los visualizó con su lupa. Más tarde durante ese siglo, en 1862, Maurice Raynaud describió el daño isquémico en las manos y los pies, lo que llevó a que esa enfermedad llevara su nombre. La ciencia ha progresado desde entonces, con investigaciones adicionales que describen otras enfermedades reumatológicas y proporcionan una mejor comprensión de la relación entre las enfermedades y lo que se observa en los capilares del lecho ungueal.
¿Qué es la capilaroscopia?
La capilaroscopia es una técnica que utiliza la ampliación de imagen para visualizar los capilares. La ventaja de utilizar el lecho ungueal es que los capilares son paralelos a la piel, mientras que en otras partes del cuerpo son perpendiculares. La visualización es fácil y no invasiva, utilizando un pequeño instrumento de aumento. La ampliación depende del dispositivo, pero se utilizan lentes que van desde menos de 20 aumentos hasta incluso 1000. Recomendamos una ampliación de al menos 200 aumentos para obtener los mejores resultados.
La técnica de imágenes capilaroscópicas puede ayudar a los internistas, reumatólogos y dermatólogos a determinar si la vasculatura de un paciente es normal. Algunas características capilares pueden conducir a un estudio posterior o indicar signos de una enfermedad específica. También puede ayudar a monitorizar a alguien que ya ha sido diagnosticado, para ver cómo está respondiendo al tratamiento. Por ejemplo, los médicos pueden usarlo para determinar si alguien tiene la enfermedad de Raynaud primaria o secundaria.
¿Qué dispositivo se necesita para la capilaroscopia?
Hay varios tipos de dispositivos disponibles para visualizar los capilares del lecho ungueal. En su lugar, algunos médicos usan un dermatoscopio u otro dispositivo con una lente de bajo aumento. Para obtener los mejores resultados, la ampliación ha de ser de al menos 200.
Recomendamos un capilaroscopio, también conocido como videocapilaroscopio o microscopio para capilaroscopia. Los dispositivos pueden ser portátiles o fijos. Un dispositivo fijo puede ser más difícil de usar con pacientes que tienen problemas de flexibilidad debido a su enfermedad. Algunos dispositivos implican contacto directo y otros no. Un buen capilaroscopio puede obtener imágenes de alta calidad, lo suficientemente detalladas para visualizar y medir características como las dimensiones capilares, la densidad capilar y para ver cualquier hemorragia.
La videocapilaroscopia incluye un microscopio con lente de aumento, junto con una cámara de video digital. Esto permite un aumento mayor que un microscopio estereoscópico. El dispositivo también puede incluir un software que permite cargar y procesar las imágenes para su almacenamiento y análisis en otro lugar.
Existen diferentes capilaroscopios disponibles en cada país. Son relativamente económicos. Algunos modelos recientes son Smart G-Scope, Dino-Lite CapillaryScope y Optilia Digital Capillaroscope.
¿Cómo se realiza la capilaroscopia?
Si bien los pasos para realizar la capilaroscopia son relativamente fáciles de seguir, recomendamos recibir formación para asegurarse de que está empleando la técnica adecuada y también para obtener información sobre la mejor forma de ejecutar la capilaroscopia. La capacitación puede estar disponible a través de la empresa suministradora del capilaroscopio, así como en organizaciones como ACR, EULAR; se imparten también conferencias específicas.
Es importante que los pacientes se aclimaten a la habitación durante al menos 15 minutos, con una temperatura ambiente de entre 20 y 22° C. El médico que realiza las imágenes colocará una gota de aceite de inmersión en la cutícula para una mejor visualización. El médico coloca el capilaroscopio en la región periungueal de cada dedo, pero no el pulgar.
Recomendamos sostener el dispositivo entre el pulgar y el índice si usa un dispositivo portátil. Se debe mover el capilaroscopio lentamente hacia adelante y hacia atrás para capturar la mejor imagen. Es posible que haya que sostener el dispositivo a 30-45 grados para evitar reflejos. El médico podrá ver la fila distal de bucles capilares en las papilas dérmicas. Se deben tomar varias imágenes por dedo, para asegurar una cobertura adecuada de toda el área. Los dispositivos suelen tener un campo de visión de alrededor de 1-2 mm. También pueden incluir varias lentes de diferentes aumentos, o puede haber un dial en el capilaroscopio para aumentar o disminuir la ampliación.
Una vez recopiladas las imágenes, se pueden almacenar en un ordenador si esta descarga no se hace automáticamente, para ello los dispositivos generalmente vienen dotados de una conexión USB. Las imágenes se pueden ver en el momento con el paciente o más tarde.
¿Qué se debe buscar en la capilaroscopia?
Los médicos deben observar y medir una serie de parámetros en la capilaroscopia:
- El número de bucles por mm (densidad) .
- El número de capilares dilatados.
- Si los capilares se caracterizan como ectasia o megacapilares.
- La presencia de desvascularización.
- La presencia de microhemorragias.
- La presencia de capilares tortuosos o ramificados.
Las características no solo deben medirse, sino también clasificarse, y los resultados deben usarse para ayudar a evaluar la enfermedad potencial o monitorizar al paciente a lo largo del tiempo.
En pacientes sanos, los capilares del lecho ungueal suelen tener un color, una forma y un tamaño homogéneos, estando dispuestos transversalmente a lo largo del lecho ungueal. La densidad capilar normal es de 7 a 12 capilares por mm, con un promedio de 9. El diámetro apical de un capilar normal suele estar entre 10 y 25 μm, y un diámetro apical de 50 μm o mayor se considera un capilar gigante (un potencial indicador de SSc). Si bien puede haber algo de micro-sangrado, en un paciente normal no debería ser abundante. Los capilares pueden variar según el dedo incluso para el mismo individuo.
Los internistas, reumatólogos y dermatólogos pueden ver diferentes combinaciones de anomalías según la enfermedad. La SSc tiene características diferentes a la enfermedad de Raynaud, por ejemplo. Y las de la enfermedad de Raynaud primaria o secundaria tampoco serán las mismas.
Si bien es posible que los médicos analicen sus propias imágenes, es difícil hacerlo de manera uniforme. Por ese motivo un profesional de medicina interna fundó Capillary.io, entrenando algoritmos de inteligencia artificial para detectar, medir y cuantificar las diversas características. Con una función de creación de informes muy evolucionada, el médico puede generar un informe estandarizado o personalizado para el análisis y para la historia clínica del paciente. Las imágenes también se pueden utilizar para investigación o ser compartidas con médicos del mismo grupo.
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